"No son más
libres esos pájaros que alto vuelan, los peces que nadan lejos de casa, esos
lobos salvajes o aquellos que reptan. No son menos presos de la naturaleza esas
ardillas que corretean, las mariposas que lejos vuelan, los osos que invernan
plácidamente o aquellos que al invierno desafían. No están menos condicionados
por su hábitat aquellos flamencos que emigran cada estación, los animales que
construyen sus nidos donde les apetecen, los que en la sabana mandan o el rey
de la selva.
Le demos las
vueltas que le demos, usemos las comparaciones, metáforas o cualquier recurso
literario que nos plazca, el único animal libre que existe es el ser humano. El
ser humano que destaca por su inteligencia, o la ausencia de esta, ese que
destruye la libertad de otros a su paso creyendo así que construye la suya
propia. Ese ser, que pese a ser un animal más, se cree el rey del mundo por unos
cromosomas de más o de menos. El ser que cree, lamentablemente, que la libertad
acaba en su cuerpo y no sabe que esta empieza en la mente. "