miércoles, 21 de junio de 2017

Era insegura.

Era insegura.
A veces sigo siéndolo.

Me pienso dos veces ponerme un pantalón corto.
Me pienso dos veces enseñar los brazos demasiado.
Me pienso dos veces ponerme un escote.
Antes no podía pensarlo.

Me cuesta maquillarme diferente.
Me cuesta usar colores chillones.
Me cuesta salir de mi zona de confort.
Antes no se me pasaba por la cabeza.

¿Y qué mas da que se me note la barriga?
Es mía.
¿Y qué mas da que se me levanten las faldas por mi culo?
Es mío.
¿Qué mas te da?
Soy yo.

Y sí, estoy sana.
Y sí, hay cosas que no me gustan.
Y sí, son cosas que voy a cambiar.
Cuando yo decida.
Cuando me apetezca.
Pero, ahora, me gusto, me acepto, me quiero.
Y puedo mirarme al espejo y verme a mi.
Verme a mi, con o sin maquillaje.
Verme a mi, con o sin ropa.
Feliz o enfadada, pero siendo yo.

He aprendido a que me guste mi nariz,
a que si mis labios son grandes me los voy a seguir pintando llamativos.
He aprendido que no soy menos, ni más, que nadie.
He aprendido a que me gusten mis piernas,
aunque tengan miles de marcas.
He aprendido a querer mis señales de nacimiento,
las del sol.
He aprendido que tengo vello,
que no es malo.
He aprendido a entenderme,
a cuidarme,
a ser feliz con quien soy.